Después de una pausa prolongada, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha reactivado los esfuerzos para mejorar las relaciones con el hombre al que durante mucho tiempo calificó de “asesino”, el presidente de Siria, Bashar al-Assad . Su lanzamiento inicial se produjo el 28 de junio después de realizar las oraciones del viernes. “No hay ninguna razón para no restablecer los vínculos con Siria. No tenemos intención de interferir en los asuntos internos de Siria”, dijo Erdogan a los periodistas, afirmando inequívocamente que Ankara ya no busca el derrocamiento de Assad.
El líder turco subió la apuesta el 6 de julio durante un vuelo de regreso de Alemania, diciendo que estaba listo para “socializar en familia” con los Assad “como lo hicimos en el pasado”.
"En el momento en que Bashar al-Assad dé un paso para mejorar las relaciones con Turquía, mostraremos el mismo enfoque", dijo Erdogan a los periodistas a bordo del avión presidencial. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el primer ministro de Irak, Mohammad Shia al-Sudani, participaron en la organización de una posible reunión. “Vamos a extender nuestra invitación. Inshallah, con esta invitación esperamos restablecer las relaciones turco-sirias a su nivel anterior. Nuestra invitación podría llegar en cualquier momento”, dijo Erdogan.
“Estos son comentarios innovadores. Esta es la propuesta más radical de Erdogan hasta la fecha”, dijo Behlul Ozkan, profesor asistente de ciencias políticas en la Universidad Ozyegin de Estambul, que ha publicado extensamente sobre la política de Turquía en Siria. El resentimiento público hacia los sirios se convirtió brevemente en violencia masiva a finales de junio, lo que provocó protestas anti-turcas y ataques sin precedentes contra bases militares turcas en el noroeste de Siria. El costo financiero de ocupar alrededor del 10% del territorio sirio –un área que duplica el tamaño del Líbano– en medio de problemas fiscales crónicos se está volviendo insostenible. Mientras tanto, los incansables esfuerzos de Turquía por colapsar la Administración Autónoma en el Norte y Este de Siria (AANES), protegida por Estados Unidos y dirigida por los kurdos, considerada una amenaza existencial debido a sus vínculos con los rebeldes kurdos que luchan contra el ejército turco, han resultado infructuosos hasta el momento.
