Uzbekistán está trabajando para promover asociaciones económicas y de inversión con Turquía y Arabia Saudita y recientemente ha obtenido proyectos por un total de más de 34.200 millones de dólares de ambos países. Mientras mira más allá de sus vecinos más grandes como Rusia y China para afirmar su independencia, Tashkent está tratando de diversificar sus fuentes de energía y atraer nuevas inversiones extranjeras.
Desde hace algún tiempo, el presidente uzbeko, Shavkat Mirziyoyev, ha estado evitando las inversiones chinas en el país, excepto cuando es absolutamente necesario. En cambio, Tashkent alentó a Qatar y Arabia Saudita a involucrarse en el sector energético uzbeko, y Riad ha sido el mayor inversor en este campo desde 2020, ayudando a los países de Asia Central. transición del país hacia la energía verde.
Si bien Rusia ha tratado de crear un centro de gas en Asia Central con Kazajstán y Uzbekistán desde el otoño de 2022, Tashkent se ha mantenido al margen. La seguridad energética de Uzbekistán ya depende de Rusia (que proporciona a Uzbekistán alrededor de 12 mil millones de metros cúbicos de gas cada año) y Moscú tiene una influencia considerable, por lo que Tashkent ha estado mirando hacia Asia occidental para diversificarse.
Mientras tanto, Ankara y Riad quieren extender su influencia en Asia Central. Turquía comparte un vínculo étnico turco-islámico con Uzbekistán, y el reino está interesado en tener a Asia Central como socio comercial clave.