TEL AVIV – Desde que el presidente estadounidense Joe Biden reveló el viernes la nueva propuesta para un acuerdo de liberación de rehenes y alto el fuego, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sigue emitiendo declaraciones contradictorias, en un aparente intento de ganar tiempo y apaciguar a sus socios de coalición de extrema derecha.
Para Netanyahu, el diablo siempre está en los detalles. Esta vez es en el artículo 14 del plan de tres fases presentado por Biden. "Todos los procedimientos en esta etapa, incluido el cese temporal de las operaciones militares por ambas partes, los esfuerzos de ayuda y refugio, la retirada de fuerzas, etc., continuarán en la etapa dos mientras las negociaciones sobre las condiciones para implementar la etapa dos de este acuerdo continúen. en curso", según el texto del borrador del acuerdo, que según Biden, Israel no sólo aceptó, sino que en realidad propuso.
Netanyahu ha intentado en los últimos días persuadir a sus dos socios de coalición de gobierno ultranacionalistas (el Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y el Ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich), de que deberían permitirle seguir adelante con esta formulación.
Básicamente, el primer ministro israelí está restando importancia al acuerdo y les dice a los ministros extremistas, que lo mantienen como rehén con sus amenazas de abandonar su gobierno, que no tomen el plan de Biden al pie de la letra. En una paráfrasis aproximada de su argumento, Netanyahu les está diciendo a Smotrich y Ben-Gvir que Israel no aceptaría poner fin a la guerra con Hamas, porque había insistido en el artículo que permitiría a Israel recuperar muchos rehenes y luego reanudar la lucha para degradar a Hamás todas sus capacidades.